QUEDAN LOS ÁRBOLES QUE SEMBRASTE
No pretendemos experimentar con las poesías íntimas de Leonidas Proaño Villalba lo que él sintió al madurarlas en su rico corazón y en su inteligencia, tan lúcida como nítidamente sencilla. Para nuestro hermano, el obispo de los indios y de todos los pobres, la poesía es, como lo fue en Juan de la Cruz, “música callada y soledad sonora”: poesía fraguada por el silencio abismal de la fe y por el tono íntimo de la soledad. Poesía que es modo propio de experiencia, aprendida en la soledad de la pobreza y en el silencio del más genuino amor.
…Proaño, evangélicamente nítido y simple, sencillo y pobre, pide con humildad el favor del verso para darle a su inspiración más concordancia con la canción popular, con el tono de confiada intimidad con la que en el corazón del pobre suenan sus penas y esperanzas.
Fr. Luis Alberto Luna Tobar, ocd. Arzobispo de Cuenca
ADIÓS
en boca de uno que se expatria.
Desde aquí, desde esta loma
del altísimo Mojanda,
por vez última, Imbabura,
te dirijo una mirada.
Comunica tú mi viaje
a mi tierra dulce y grata,
y que de mí no se olvide
di a mi madre idolatrada.
Yo me voy, (oh patria mía!…
Mas si vuelvo, en tus entrañas
una tumba no me niegues
amorosa y abrigada.
Mas la tierra que me cubra
flor ninguna crecer haga,
que produzca solamente
de verbenas una mata.
(Ay, qué amargos pensamientos
mi corazón triste embargan
y con que crueldad agitan
mi cabeza y toda mi alma!
Recostado entre la hierba
de esta loma, (oh patria cara!,
te dirijo una sincera,
sincera y tierna mirada.
Suelo bendito!, yo quiero,
antes de emprender mi marcha,
que en un grito doloroso
mi postrimer adiós salga.
Adiós, madre, no resienta
tu afecto mi acción ingrata…
(quizá un día arrepentido
pida perdón de mi falta!
(Adiós, adiós, Imbabura!
(Patria, adiós, adiós, oh patria!
(Ay el dolor me consume:
te voy dando las espaldas!
(Adiós, gratos, dulces, tiernos
amoríos de mi infancia!
(Adiós, cuna inestimable,
huertos donde yo jugaba!…
Junio 19 de 1927